jueves, 2 de febrero de 2017

Crítica de videojuegos: saga Bioshock

Hola mochuelines,

Después de sumergirme en el horror de Rapture por partida doble y de volar hacia la distópica sociedad de Columbia, toca relatar la experiencia vivida en una de las sagas videojueguiles más especiales de la pasada generación. Hoy toca hablar de Bioshock.

Pero antes de meterme en profundidad en el tema, permitidme contaros como llegué a la saga. Supe de él nada más salir ya que a un compañero de trabajo lo tenía entusiasmado, pero por aquel entonces aún no tenía la X360 y cuando la compré y jugué a CoD 4 y Gears of war me di cuenta que no me gustaban los FPS modernos. Así que lo dejé estar mucho tiempo... pero de alguna manera siempre vi que Bioshock no era tan genérico y cuando salió el Infinite me llamó tanto la atención que decidí que le daría una oportunidad a la saga, jugandolos además en orden.

Al primero le costó arrancar. El comienzo de la historia era totalmente inmersivo, pero ya metidos en harina topé con un juego en primera persona que lejos de hacerme sentir en la piel del protagonista me recordaba que esta perspectiva y yo nos llevamos mal. Por suerte la magnífica ambientación, lograda no solo por unos gráficos muy chulos sino también por un diseño genial me lograba mantener pegado al mando, y así, poco a poco me fui metiendo en Rapture.
Tengo que admitir que el juego se me hizo un poco largo. Eso de ir dando tumbos mientras una voz me dice continuamente a dónde ir, alcanzar un objetivo tras otro, y aún así no llegar nunca al final se vio compensado a nivel argumental solo a veces, cuando la historia me permitía algún avance realmente importante. La gran calidad del juego hizo el resto y el gran final me dejó muy buen sabor de boca.

Una vez superada mi aversión a los juegos en primera persona (y también a los juegos oscuros y de poca visibilidad) me fue mucho más fácil encarnar al Big Daddy. Además, una mejora importante en la jugabilidad, como es que permita usar a la vez plásmidos y armas, y de nuevo, una gran historia, me metieron de lleno en Bioshock 2. Esta vez sí me costó poco conectar con él y disfruté mi segundo viaje a Rapture a tope. Más divertido, más grande, más... más. Bioshock 2 pierde el impacto inicial de enfrentarte a una IP nueva, pero mejora al primero en todo, ejemplificándose como perfecta secuela, la clase de juego que se supone que tiene que ser todo aquel juego que lleve un 2 detrás, es decir, coger el primero, añadir cosas nuevas, potenciar lo que estaba bien y mejorar lo que no lo estaba tanto. Creo que casi todos los que hemos jugado la saga al completo hemos jugado al 1 antes que al 2 y por eso mucha gente opina que el primero es la obra maestra, pero a los que hayais jugado a los 2 juegos os propongo una reflexión: si jugaráis primero al 2, ¿pensáis que a alguien le gustaría mas el primero, teniendo en cuenta que el impacto inicial nos lo habría dado el 2? Yo creo que solo a nivel argumental no hubo mejora en la secuela porque era imposible, Andrew Ryan es uno de los personajes más carismáticos de la saga (sino el que más), pero aún así la historia del 2 es tan sólida como la de cualquier otro videojuego, y la conexión con la Little sister es enorme en todo momento.

Y luego está Infinite. Si el 2 era la secuela perfecta, Infinite es el reboot perfecto. Y es que Rapture dificilmente hubiera podido acoger de nuevo otra historia de tanto calibre como la que nos plantean los dos primeros Bioshocks, que ya habían explotado la ciudad submarina y comenzar de nuevo sustituyendo la oscuridad por la luz y las profundidades por las alturas era un cambio demasiado radical para ponerle un 3. Así que retrocedemos unos pocos años hasta 1918, y le ponemos un Infinite que hace referencia a algo que solo se muestra como realmente es en la cinemática final. ¡Y vaya final! Extraño, agridulce, y con un pequeño agujero argumental a mi juicio que no comentaré para no meter spoilers, y aún así, un final enorme, a la altura del de Assassin's creed 2 o del de los otros Bioshocks. Que no es decir poco.
En cuanto a la jugabilidad, es la misma de siempre, pero con otro nombre. Y añadiendole un gancho. Dios, ¡qué divertido es el gancho! Te puedes pasar mucho tiempo colgado viajando por los ganchos, y son aún más divertidos cuando hay enemigos y los puedes atacar desde el gancho, o puedes saltar encima de ellos, o cuando son ellos los que se cuelgan y te atacan a ti, y no sabes ni por donde te vienen las hostias hasta que los ves ahí colgados, y entonces les disparas y los mandas a tomar por... ¡qué divertido es el gancho!

Otra novedad importante llega cuando Elizabeth empieza a abrir portales, y puede convocar coberturas, ganchos, armas y munición, botiquines... Eso sí, tienen que estar ahí, y sólo puede abrir un portal a la vez. Pero además no es esa la única ayuda, ya que a veces proporciona en pleno combate sales, vida y munición, si ve que vas pasando apuros. También nos ayuda con su habilidad para abrir cerraduras, para las cuales necesita ganzúas. Son algo escasas al principio, pero si exploras bien puedes abrir todo lo que encuentres cerrado, incluso cajas fuertes. Se pierde así los minijuegos de habilidad de piratear de las tuberías (que no estaba mal) o de parar la rayita en la zona verde (insufrible) . Y lo mejor es que no hay que preocuparse de que muera, a diferencia de las (un poco) tediosas misiones de proteger Little sisters de anteriores Bioshocks.

Pero no todo iban a ser ventajas. En esta ocasión el prota solo puede llevar 2 armas, y aunque hay bastante munición disponible sin tener que comprarla (yo no lo hice ni una sola vez) no siempre es la munición de las armas que llevas, y te pasas todo el juego cambiando de armas, ya sea por conveniencia, dependiendo de la situación, o por falta de munición.
Técnicamente puede que sea el juego en el que se ha visto el techo de X360 y PS3, aunque esta también tiene el Last of us. Pero lo que sí es casi indudable es que Columbia es uno de los parajes más bellos que se pueden visitar en videojuegos de la pasada generación, incluso por encima de las ciudades de la saga Assassin's creed. Y toda la saga es igualmente sobresaliente a nivel sonoro, dando muestras de genialidad en todo lo referente a los sonidos submarinos en Rapture y las reinterpretaciones de famosas melodías en Columbia (¿Reconocisteis el Girls just wanna have fun? ¿Y el Shiny happy people? Y seguro que hay más canciones famosas que no reconocí por desconocimiento o por no estar suficientemente atento).


Supongo que a estas alturas ya habréis adivinado que Infinite es el que más he disfrutado de los tres, y posiblemente sea el juego que más alto se sitúe de las novedades la próxima vez que actualice el listado de mis 101 juegos favoritos. No voy a poner notas numéricas esta vez, son tres obras maestras que deben ser jugadas y punto, y os lo dice alguien que sigue sin gustarle los juegos en primera persona.


Saludos, mochuelines!

2 comentarios:

  1. Bien, otro más que se nos une al clan de los que adoramos el 2 por encima del 1 :D. Los tres son grandes juegos, y sí, probablemente Infinite sea mi favorito también aunque no comulgué con toda esa lluvia de críticas ultrapositivas que le encasquetaron en su salida.

    Gran saga que espero rejugar pronto, más ahora con la excusa del remaster -aunque se ve que está hecho una basura-.

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    1. Visto con retrospectiva, no me parece tan mal unas críticas tan buenas para un juego que fue de lo mejor de la generación pasada. A nivel grafico es lo mejor de x360.
      Lo que si no le veo mucho sentido es a hacer remasters de juegos tan modernos como éste o como la saga uncharted. Pasar de ps2 a ps3 tenía la excusa del hd y los logros, pero no creo que las mejora en esta saga sean tan sustanciales. Desconozco si el contenido extra valdrá la pena.

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