martes, 8 de marzo de 2016

Críticas de cine: Gran hotel Budapest

Hola mochuelines, 

Hoy toca hablar de Gran hotel Budapest, la última locura de Wes Anderson. Una película que destaca, como suele ser habitual en los filmes de Wes, por un cuidado aspecto artístico, un grandísimo reparto coral y un guión que los conduce a situaciones absurdas de lo más (in)creíbles. Pero vayamos por partes.



Lo primero es hablar de Wes. Está claro que no es un director querido en Hollywood. Ha sido nominado a 6 Oscar y aún no se ha llevado ninguno. Su forma de ver el cine es de todo menos clásica, pero es puñeteramente bueno en lo que hace. Sino, ¿cómo se explica que en su segunda película (academia Rushmore), cuando aún no era conocido, consiga un reparto encabezado por Bill Murray y Jeff Goldblum? Además de unos, por aquel entonces también poco conocidos Jason Schwartzman y Luke Wilson. Seguramente la respuesta a esa pregunta sea: Un buen guión. Y es que ese es el gran punto fuerte de Wes, guiones enrevesados que permiten el lucimiento del actor, y que mezclan comedia, drama y pequeñas dosis de acción. Es por eso de 3 de las 6 nominaciones antes mencionadas sean a sus guiones.

Gran hotel Budapest no es una excepción. Un escritor nos cuenta como en el pasado conoció a Mustafa, un viejo propietario de un decadente hotel, que procede a contarle la historia de su vida. Por suerte, la película no es una continua sucesión de saltos en el tiempo, y la mayor parte de ella se centra en la historia del joven Mustafa (Tony Revolori), y del verdadero protagonista, Gustave, un amanerado conserje playboy de ancianas interpretado por Ralph Fiennes. Estos son los dos personajes que llevan el peso de la película, ya que a pesar del magnífico reparto, la mayoría tienen un peso menor (Jeff Goldblum, Edward Norton, Jude Law, Murray Abraham, Willem Dafoe, Adrien Brody, Saoirse Ronan) o casi nulo (Tom Wilkinson, Owen Wilson, Jason Schwartzman, Bill Murray, Tilda Swinton, Harvey Keitel). En general, el trabajo de todos ellos es muy bueno, destacando a Fiennes con su palabrería y eficacia y a Dafoe, implacable. 

Pero en esta ocasión el trabajo artístico ha superado incluso al actoral. El vestuario es espectacular, con Brody y Dafoe que parecen salidos de Matrix, el personal del hotel uniformado con mucha personalidad (no hay dos chaquetillas iguales), y luego los militares, conserjes de otros hoteles, presos, ancianas ricachonas… Y si magnífico es el aspecto de los personajes, aún lo es más el de los decorados, paisajes, planos, etc. Una fotografía extraordinaria, con unos planos a lo Kubrik, un colorido llamativo, unas secuencias fabulosas. Solo hay que probar a pausar la película en un fotograma cualquiera, sea el que sea, que el resultado probablemente será una fotografía digna de admirar. Y además, una banda sonora adecuada, graciosa, basada en el folklore de Europa central, que acompaña realmente bien el tono tragicómico de la película.

Me ha gustado mucho, y aunque puede que no guste a todo el mundo, me parece muy recomendable.


Nota: 8,2/10

2 comentarios:

  1. Pues fíjate que a mí Wes Anderson no me acaba de convencer. Es como que sí, que tiene maneras como director sensacional, que tiene una "geometría" y simetría bestial y que me recuerda en planos al mismísimo Kubrick, pero vaya, luego las películas se me hunden y no sé muy bien la razón.

    Por supuesto, con Hotel Budapest tampoco pude hacer la excepción :/. Entiendo que guste tanto, pero a mí no me gustó.

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  2. A mi me pasó algo así la segunda vez que me puse a ver los Tenenmbaum. Tenía un gran recuerdo de cuando la vi en el cine, y en una reciente revisión me pareció sosa

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